Tras la debacle en Balaídos, el conjunto blanco terminó de finiquitar las pocas opciones que tenían en Liga, situándose a 16 puntos -con un partido menos- a un Barcelona que campea de manera incontestable.
Más allá del disgusto por 'claudicar' en enero y no pelear desde tan pronto por revalidar el título doméstico, por la cabeza de Zidane sólo pasa la hazaña de Heynckes en la temporada 1997-98.
Aquel año, el conjunto blanco también entregó la Liga a las primeras de cambio, sumando un descalabro también en la Copa del Rey que fijaban en la Champions todas las aspiraciones del curso.
Aunque el Madrid no lleva 32 años sin ganar 'la Orejona', Zidane sabe que sólo alzar la tercera consecutiva salvará una temporada para el olvido en Chamartín.
A pesar de la 'propaganda blanca' que subraya el orgullo de un equipo que peleará hasta al final por la Liga, la plantilla también está convencida y concentrada en revalidar el cetro europeo.
El primer gran escollo para el técnico francés está en París, donde el faraónico proyecto catarí amenza la hegemonía de un Real Madrid herido en la primera vuelta de la temporada...