Central joven, muy bien avalado, internacional con su país y albergando un gran futuro. No es la primera apuesta así del Barça. Sus aficionados tienen un buen ejemplo y otro que acabó en experimento fallido.
Curiosamente, ambos costaron 25 millones de euros. Pero mientras uno fue vendido al año siguiente por diez ‘kilos’ menos, con el otro ya se habla para revisar su cláusula de rescisión de 60 millones visto el interés del City por llevárselo.
Chygrynskiy fue una ‘guardiolada’. El técnico de Santpedor se enamoró de su fútbol en el Shakhtar Donetsk y, en cierto modo, se vio proyectado en él por su buena salida de balón y pase en largo (en ocasiones actuaba como mediocentro). Había crecido tremendamente en Ucrania, con una evolución precoz y un par de actuaciones en Champions contra el Barça que convencieron a Pep para competir con Piqué y Puyol.
Su rendimiento en España fue calamitoso. Errores graves de posición, lagunas técnicas y decisiones erróneas regaron su rendimiento como azulgrana. El entrenador perdió la paciencia en enero y ya solo tuvo minutos residuales. Ahí comenzó a borrarse del mapa, aunque ahora intenta levantar cabeza en Atenas a sus 31 años.
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— FICHAJES de fútbol  (@Fichajes_Web) 12 de junio de 2016
El rendimiento de Umtiti no necesita mucho refresco. Encajó desde el principio jalonado por su velocidad, inteligencia táctica y dotes de mando. En el Camp Nou andan encantados con un tipo que también va camino de ser capitán general con la Sección Francesa.
Pronto empezará a desvelarse con Yerry Mina, quien cuesta la mitad que esas dos apuestas pero que también probará el amplificador del Camp Nou, que cuando ama u odia, lo hace a lo grande.