No hay nada como tocar en el orgullo de un campeón para que resurja de sus cenizas. Ya son varios meses los que se viene atacando al Real Madrid por su falta de compromiso, intensidad y defensa en el campeonato liguero. Incluso en Copa, donde una inusitada indolencia acabó por apartar a los blancos de sus primeras semifinales en cuatro años.
Pero la Champions es otra cosa. El Real Madrid escucha los acordes de su competición favorita y la historia es muy diferente. Los recuerdos de los títulos vuelven a la retina de aficionados, club y jugadores y, de golpe y porrazo, ya tenemos al campeón de Europa de vuelta.
Enfrente estuvo un PSG que mejoró bastante sus prestaciones del fatídico choque del Camp Nou de hace un año, pero que acabó hundido en cuando comenzaron a venirle mal dadas. Los franceses tuvieron incluso suerte de que el choque no durara más, pues con el 3-1 el Madrid se convirtió en una máquina de pasar carne y la eliminatoria pudo quedar sentenciada.
El Madrid manda y el PSG asusta.
La primera mitad, con todo, estuvo más o menos igualada. El Madrid, por empuje, por casta o por lo que sea, tuvo el control y embotelló a los franceses. Pero el PSG tiene en su plantilla al que probablemente es el jugador más desequilibrante del momento y eso son palabras mayores.
Por cada ocasión o chut desviado de Cristiano, Neymar respondía con una cabalgada que atemorizaba a la defensa blanca. Neymar avisó una, dos y tres veces, pero quien iba a ser decisivo para el 0-1 era su compañero Mbappé, desaparecido hasta entonces y que se inventó una jugada por banda que acabó en centro, finta de Cavani y mal despeje de Nacho ante el brasileño. Rabiot, que pasaba por allí, la envió sin problemas a la red e ilusionó a una hinchada gala tan habituada al fracaso que no se podía creer el marcador.
El Madrid supo sufrir entonces. Se metió en su coraza y, cuando todos miraban al segundo tiempo, resurgió para poner las tablas. Kroos entró en el área y Lo Celso, muy inocente en un partido para olvidar, le ponía la mano de manera demasiado evidente como para que Rocchi lo pasara por alto. Cristiano no perdonó desde su distancia favorita y el Real Madrid ya estaba de vuelta cuando todavía no había acabado la primera mitad.
Golpes y 'k.o.' parisino.
La segunda parte, con dos equipos muy tocados físicamente y que no habían guardado nada, fue un auténtico combate de boxeo. Derecha aquí, golpe allá, guardia acá... el partido que terminó por transformarse en un correcalles y el PSG perdonó en las ocasiones de que dispuso tras volver de los vestuarios.
El partido requería cambios, pero el espectáculo estaba siendo tan intenso que Zidane y Emery parecieron olvidarse. Reaccionó primero el español, que no defraudó y quitó un delantero centro (Cavani) para meter un lateral derecho (Meunier). El francés no pensó mucho: Bale y su velocidad por Benzema y sus siestas.
Pero el choque exigía más. Y ahí Emery estuvo mucho más lento. Zidane, sabedor de que el 1-1 no le servía de mucho, quitó a Isco y Casemiro, fundidos, y se la jugó con Asensio y Lucas. A la primera, el gallego conectó con Bale y el PSG casi la recoge de las redes. Serio aviso que no tornó en gol por la solidez de Kimpembe.
A la segunda, fue el mallorquín el que sí que pudo dejar su marca en el choque. Martilleó a Meunier por la izquierda y centró, teniendo el Madrid la suerte de que el rebote de Areola le cayó a Cristiano Ronaldo para que la empujara de la manera menos ortodoxa, con la rodilla, a la red.
El tanto cayó como una losa en los parisinos, que recordaron en los últimos minutos al equipo tembloroso que encajó tres tantos en menos de diez minutos en el Camp Nou. No llegaron tantos, pero sí que acabarían encajando un segundo gracias a la persistencia de Marcelo y a un nuevo centro de Asensio, salvador de los suyos con un último cuarto de hora memorable.
Regresó la Champions League en febrero como lo hace todos los años y esta vez se trajo de vuelta al campeón herido, que tendrá que defender un teóricamente cómodo 3-1 en París. Ahora son los galos los que tienen que apelar a una remontada mágica para estar en cuartos...