Vaya por delante que la Champions League es una competición diferente. Y que en ella el equipo que mejor sabe moverse con gran diferencia es el Real Madrid. Sólo así pueden consolarse los aficionados 'merengues' ante una temporada que comenzó por todo lo alto, con el sueño de los seis títulos, y que salvo cambio drástico acabará en un rotundo fracaso.
Precisamente la Champions es la única vía de escape (la Copa siempre ha sido considerada como un torneo menor por los blancos) que le queda a un Real Madrid perdido en Liga, con un estado físico lamentable y que sólo ha disfrutado en los últimos meses de la alegría del Mundial de Clubes. Felicidad que, por otra parte, no hizo sino tapar las carencias de un equipo que desde agosto no ha sido capaz de ganar ni a Valencia, ni a Tottenham, ni a Atlético, ni a Barcelona. Vamos, a ningún equipo de entidad con el que se ha cruzado en el camino.
Mientras, a orillas del Sena, el PSG sigue a lo suyo, machacando rivales y asustando al planeta fútbol con un torrente ofensivo vertiginoso. Los de Emery parecen haberse quitado de encima el miedo a triunfar de la pasada campaña y afrontan la eliminatoria de Champions como claros favoritos. Si el Madrid sufría en Vigo, a 1.500 kilómetros, en Rennes, el PSG abusaba en Copa de su modesto rival.
No es tan peligrosa la eliminatoria para el Madrid por el poderío ofensivo de los galos, pues el conjunto blanco se transforma y a doble partido los Cristiano, Benzema o Bale se pueden enchufar. Y con Carvajal, Ramos, Varane y Marcelo en forma la cosa es muy distinta en el aspecto defensivo. Pero sí lo es por la abismal diferencia en el plano físico de ambos equipos. Mientras el Real Madrid se desfonda en las segundas mitades de manera preocupante (ver el choque de Balaídos, el 'Clásico', el partido de Wembley ante el Tottenham...) el PSG escenifica sus goleadas en las segundas partes, cuando el cansancio del rival se hace evidente. Y ahí sí que tiene mucho trabajo Zidane en este mes que queda hasta que ambos se vean las caras.
Claro que hasta aquí llega la teoría, pero para entender esto del fútbol a la perfección hay que saber que la Champions no es una ciencia exacta y que ha habido peores plantillas del Real Madrid que han sabido sacar adelante empresas más complicadas. Los 'merengues' saben que nunca se les puede descartar de antemano, aunque las sensaciones son más las de ese equipo que caía en octavos a las primeras de cambio hace unos años que las del doble campeón de Europa. En febrero saldremos de dudas.