El Sevilla llegó a los cuartos de final tras cambiar de entrenador, sumido en una mala racha de resultados, y sin carburar ya con Montella en el banquillo.
Es más, llegaba tras caer estrepitosamente en el derbi de Sevilla por 3-5 ante el Betis. ¿Cómo podía plantarle cara al Atlético de Madrid, segundo clasificado en Liga y único aparentemente capaz de discutirle el liderato al Barcelona?
Lo hizo en la ida, remontando con dos chispazos un encuentro que parecía perdido. Y en la vuelta lo ha vuelto a hacer.
El Atleti descarrila antes de salir de la estación
El Atlético tenía una misión clara, marcar pronto para meter presión a su rival. Y lo que se encontró fue un gol en contra al medio minuto de empezar. Un verdadero mazazo para los de Simeone, aunque no afectase a su plan.
Los rojiblancos tenía que marcar dos goles, sí o sí. Tras el gol de Escudero era para forzar la prórroga, en lugar de para clasificarse. Pero el Atleti es de los que saben sufrir.
Como el Sevilla. El conjunto hispalense, tras el gol, dejó que el balón fuera del Atlético de Madrid. Los de Simeone pasaron a la iniciativa, pero sin demasiado éxito. El Sevilla estaba bien replegado y no sufría ante las acometidas 'colchoneras'.
Pero entonces apareció el jugador que más clase tiene la plantilla atlética para dar esperanzas a los suyos. Recibió una dejada de Gameiro Griezmann en la frontal y con el balón botando no se lo pensó, voleón y al fondo de la red.
Un tanto que llevó el delirio a los pocos aficionados del Atleti presentes en el Pizjuán, y que sembró de dudas a algunos en el Sevilla.
Nunca dejó de creer
Porque el Atleti, tras el gol, se vino arriba, y tuvo una, dos, tres ocasiones para igualar la eliminatoria. Gameiro, Griezmann y Correa, una otras otro, buscaron el segundo de los suyos, pero ninguno estuvo acertado en esta ocasión.
El Sevilla seguía vivo y peleón, pero sus ocasiones de peligro ahora llegaban al contragolpe, esperando el error del rival para hacerle daño a la espalda, como en una que el 'Mudo' Vázquez cabeceó fuera por poco.
El Atleti se fue al descanso creyendo que la remontada era posible, pero al minuto de volver confirmó que, si fuera a llegar, sería tras sufrir un verdadero calvario.
El día de la marmota, versión Nervión
Porque igual que en el primer minuto del primer tiempo el Atlético encajó gol, en el primero del segundo concedió un absurdo penalti que Banega convirtió.
Parecía que el Atlético quería pasar la eliminatoria en modo difícil, pero este tanto fue demasiado. Los nervios se apoderaron de los rojiblancos y comenzaron a cometer más y más imprecisiones que frustraban uno tras otro sus ataques.
Los cambios no revolucionaron nada
A la hora de partido Simeone había agotado sus cambios. Jugó toda la segunda parte sin red, dando el todo por el todo, tras quitar a Gabi, Correa y Giménez, y meter a Torres, Carrasco y Thomas. Pero el invento tampoco le funcionó.
Carrasco apenas causó apuros a un Jesús Navas que se ha confirmado como una alternativa real para el flanco derecho, Torres todo lo quie hizo fue llevarse un codazo que nadie vio de Mercado, y Thomas es posible que fallase más pases hoy que en toda la temporada junta.
Pese a todo, el Atleti dispuso de sus ocasiones, pero hoy no era el día. Tampoco parecía el del Sevilla, pero el gol no le hacía tanta falta a los locales. Aún así, llegó.
Estocada mortal a la contra
La sentencia, la puntilla del que nunca se rinde al que nunca deja de creer llegó a once del final, en un contragolpe que Sarabia culminó con un poco de ayuda de Godín, a quien pegó el balón descolocando a Moyà.
Los últimos diez minutos se jugaron a desgana. El Atlético intentó maquillar el resultado empatando el partido, pero la historia se repitió. No era el día, y menos ante un Sevilla ya completamente relajado, que se sabía semifinalista.
A semifinales por la puerta grande
Hoy se ha visto al mejor Sevilla de la temporada, salvo quizá aquel que se enfrentó al Liverpool. Un Sevilla que ha estado cómodo ante quizá el rival más incómodo de toda España.
Al Sevilla se le ha dado por muerto muy pronto, y ha dado una lección al fútbol. Le ha metido cinco goles al Atlético de Madrid, algo al alcance de muy pocos.
Un Atleti que, pese al varapalo, puede irse con la cabeza alta por haber peleado, pero sin olvidar una cosa: el Sevilla ha ganado el partido y ha pasado la eliminatoria, pero ha sido en parte gracias a sus clamorosos errores.
Otro gallo hubiera cantado si el Atlético hubiera saltado al Pizjuán antes de cada parte más concentrado. Pero eso nunca lo sabremos.