Parecía que el córner botado por De Bruyne iba a quedar en nada. Pero como nadie del Tottenham acertó a despejarlo, el City dispuso de una segunda oportunidad.
El balón, suelto en el segundo palo, fue finalmente rematado a puerta, y de forma incomprensible logró atravesar el bosque de piernas que se había formado en el área.
Lloris hizo lo que pudo. Metió las manos y despejó el balón, pero no con la contundencia esperada. El balón le quedó en bandeja a Sterling para que el delantero del City hiciera el tercero de los suyos y cerrase el partido.
14 de abril de 2018
Pero lo que Raheem te da, Raheem te lo quita. Minutos después Sterling falló una ocasión imposible, inexplicable. Un fallo clamoroso a puerta vacía que podría haber dejado más que sentenciado el encuentro.
14 de abril de 2018