El NSC Olimpiyskiy Stadium será el escenario en el que se decidirá la actual edición de la Champions. A la gran final llegaron Madrid y Liverpool, con sufrimiento y polémica, en lo que será un choque de altura entre dos de los equipos más grandes del continente.
A Kiev llegará el Madrid expectante, con la única bala de la Champions para salvar la temporada. No es un premio baladí, ya que los blancos asaltarían el tercer trofeo europeo de forma consecutiva. Una quimera para la mayoría, una realidad que está a un paso para los de Zidane.
Para conseguirlo volverá a ser capital la aportación de Sergio Ramos, autor de un gol en dos de las tres últimas finales. Su ímpetu, liderazgo y compromiso son bastiones para el Real Madrid, que contará con el aura de un futbolista que ya se coronó rey de Europa en el Olímpico de Kiev.
Fue en 2012, año en el que la Selección Española logró su tercer título seguido -Eurocopa, Mundial y de nuevo Eurocopa-. Tras un torneo celestial, España se encontró con la competitiva Italia en la final. Aunque, en este caso, los hombres de Del Bosque no encontraron rival.
Un 4-0 guardado para siempre en la memoria del fútbol, sobre todo para el español. Allí estaba Ramos, el único madridista que sobrevive de aquella noche majestuosa. Antes y después, varios participantes en la próxima final de Champions ya jugaron en el estadio ucraniano, aunque ninguno sacó tanto partido como Ramos.
Henderson y Oxlade-Chamberlain, por ejemplo, cayeron eliminados en aquella misma Eurocopa en el Olímpico de Kiev. Salah empató con la Fiorentina, Nacho e Isco ganaron con España (0-1) en 2015 y Lovren y Modric, este mismo curso, vencieron con Croacia por 0-2.