Tras jugar su último partido con el Barcelona, Andrés Iniesta cogió el micrófono y habló por última vez como jugador azulgrana. En su discurso agradeció el apoyo de todos... afición, compañeros, directiva y un largo etcétera. Aquellos que están hoy y los que estuvieron en algún momento de sus 22 años en el club.
Y sus palabras embargaron al Camp Nou. La emoción se trasladó a las gradas y a sus propios compañeros, que veían como uno de los líderes del vestuario y del equipo ponía punto y final a toda una vida como azulgrana.
Un discurso que emocionó a más de uno. Las cámaras captaron a un Luis Suárez cuyas lágrimas se podían ver en su rostro. Y es que el genio de Fuentealbilla es capaz de hacer llorar a los tipos, aparentemente, más duros.