No pintaba bien el partido para el Barcelona, pero con tanta calidad sobre el terreno de juego era cuestión de tiempo que alguno protagonizase alguna genialidad.
Esta vez le tocó a Luis Suárez. El 'charrúa' logró no caer en fuera de juego y recibió el balón del siempre clarividente Messi a tiempo. Alzó la cabeza y vio su oportunidad.
En lugar de pegarle duro, la colocó. La puso en el palo largo, inalcanzable para Rulli gracias a una rosca imposible. Le dio una comba al balón pocas veces vista. Parecía que se iría al banderín de córner, pero no. Fue dentro. Un golazo para igualar un partido que nunca pareció asequible.
14 de enero de 2018