El fallecimiento de Davide Astori ha pillado en fuera de juego al mundo del fútbol. Algo como lo que sucedió en agosto de 2009 con Jarque, pero de manera magnificada, en pleno campeonato y a unas horas de que su equipo, la Fiorentina, disputara un importante partido ante el Udinese para asomarse a la zona media-alta de la tabla en la Serie A.
Jugador de gran carisma y formado en la inagotable cantera del Milan, a Davide Astori le habían bastado un par de años en la Fiorentina para hacerse con el brazalete de capitán. Era la extensión en el campo de Stefano Pioli y todo un líder en la retaguardia 'viola'.
Aunque formado en 'Milanello', Astori acabó haciéndose grande en el Cagliari, donde llegó en 2008 por cinco millones de euros para disputar seis campañas de manera consecutiva, convirtiéndose en indiscutible de la defensa del equipo de Cerdeña.
Era un líder del conjunto isleño cuando, en el verano de 2014, Roma y Lazio se pelearon por su fichaje. A sus 28 años, parecía listo para ser uno de los acompañantes de Barzagli, Bonucci y Chiellini en la Selección Italiana y, de hecho, fue en esos años cuando comenzó a contar más a menudo para los diferentes seleccionadores de la 'azzurra'.
Todo parecía hecho con la Lazio por 6 millones de euros, pero finalmente la Roma se aprovechó de las dudas y presentó al jugador tras llegar a un acuerdo de cesión con opción de compra. Su año en la capital, pese a tener más o menos continuidad, no fue demasiado bueno y la Fiorentina se adelantó a todos los pretendientes el verano siguiente para hacerse con el jugador con una fórmula similar.
En el cuadro 'viola', Astori se asentó y poco a poco se ganó con su carisma a todos los aficionados. Su rendimiento fue tan bueno que la Fiorentina lo adquirió por unos tres millones y medio de euros en el verano de 2016 y gracias a su consistencia comenzó a portar el brazalete del cuadro de Florencia de manera habitual.
Ahora nos deja de manera súbita, por un ataque al corazón, en la frialdad de una habitación dentro de la concentración de su equipo. En la tierra perdemos un gran defensa, pero Quini ya tiene un marcador eterno más en el cielo.