El 'hashtag' que viene usando el Málaga en su lucha por la permanencia es #AquíNoSeRindeNadie. Sin embargo, bien podría ser #AquíTodosAniman. Porque el acto que han protagonizado los empleados menos populares de la entidad es otro espaldarazo anímico que echó el equipo en sus maletas hacia la capital de España.
Cuando los jugadores estaban a punto de subirse al autobús que los llevaba hacia el AVE, de pronto empezaron a verlos agrupados, rompiendo en aplausos y con cánticos para desearles toda la suerte del mundo en el choque contra el Getafe.
Míchel, su cuerpo técnico y los jugadores se quedaron de piedra y respondieron al precioso gesto con abrazos y hasta haciéndose una foto de familia antes de emprender el rumbo. Con las pilas de nuevo cargadas y sabiendo que no están solos en esta lucha por la salvación.
Esta temporada no está yendo lo mejor posible en el terreno de juego, pero al menos el club está demostrando que tiene una masa social y una gente de diez.
El gran apoyo parecía reservado para los días de partido en casa, con la afición recibiendo al autobús antes del partido de manera grandilocuente. Pero ya hasta en los desplazamientos se produce ese cariño, independientemente de los resultados. El corazón blanquiazul sigue latiendo fuerte.