Hace poco más de cinco años, el suizo estaba sentado en el banquillo del Bayern de Múnich cuando el equipo de Heynckes logró conquistar europa, ganando la final de la Champions por 1-2 al Borussia Dortmund. Ese mismo año también levantó la Bundesliga, la Copa Alemana, la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Un año de cinco títulos que siempre permanecerá en su memoria.
Pero un año más tarde, la carrera de Shaqiri comenzó a ir cuesta abajo. Sin sitio en Múnich, el Inter de Milán, prometiéndole continuidad, le ofreció un lugar en el equipo y Xherdan aceptó. En Italia no fue ni un fracaso ni tampoco despuntó. Fue un jugador de segunda línea que acabó marchándose porque en Milán tampoco encontró su sitio.
Sí lo hizo en el Stoke City, club al que llegó en verano de 2015. Al ser un equipo de menor entidad, el suizo recibió rápidamente galones. Es una de las estrellas de los 'potters', pero este año el club está en problemas, ya que se encuentra sumido en la lucha por la salvación.
Son seis puntos los que separan a su Stoke del Swansea City, el club que marca el acceso a la zona de salvación. Con una victoria ante el West Ham, la diferencia pasaría a ser de tres, distancia salvable, aunque las sólo cuatro jornadas que restan preocupan mucho a los aficionados 'potters'.
Pero, ante la dificultad, ahí está Shaqiri para buscar el bien del equipo. Aunque ya no lucha por objetivos tan ambiciosos como los de hace unos años, su rendimiento no es nada malo para estar en uno de los equipos más flojos de Inglaterra. A estas alturas (31 jornadas disputadas), el suizo ha marcado siete goles y ha repartido seis asistencias.