El Girona pagó los platos rotos de la irregularidad del Barcelona en los últimos partidos de Liga y cayó claramente goleado en el Camp Nou en un partido en el que los de Machín no fueron fieles a sí mismos.
Lejos de ser el rocoso equipo que frenó al Real Madrid en Montilivi y al Atlético de Madrid en el Metropolitano, el Girona buscó un partido de poder a poder ante el Barcelona. Y perdió la identidad que le ha convertido en la revelación de lo que va de temporada.
Con su planteamiento suicida, los gerundenses dejaron numerosos espacios atrás y permitieron que Messi, Coutinho, Suárez y compañía vivieran en un particular parque de atracciones. La vanguardia azulgrana se divirtió y así era imposible que sus vecinos se llevaran algo positivo del Camp Nou.
El Girona da primero.
El Barça, para variar, salió muy enchufado. Embotelló al Girona y dominó desde el principio, pero el primer tanto lo iban a hacer los de Machín tras una cadena de errores del Barcelona que aprovechó un sospechoso habitual ante los grandes. Fallaron Sergio Busquets, Umtiti y Ter Stegen en la salida y Portu regateó al guardameta alemán y marcó a portería vacía. El menudo atacante, que ya le había marcado a Real Madrid, Atlético y Valencia, dejó su marca en el Camp Nou e incluso se iría ovacionado de su primera visita al coliseo azulgrana por su partido ante el eterno rival.
Pero el Barcelona no estaba como para repetir el pinchazo ante el Getafe y la movilidad y las ganas de Messi y Suárez pronto harían el resto. El argentino buscó al uruguayo, que había aprovechado un despiste de Aday a la hora de tirar el fuera de juego, y el uruguayo no perdonó en el mano a mano ante Bono.
Apenas habían pasado cinco minutos de juego y ya habíamos visto dos goles, pero ambos equipos querían más. Lo probaron el 'Choco' Lozano y Granell, pero también Messi y Luis Suárez tuvieron claras oportunidades para hacer el 2-1 antes de la media hora de juego. Sería el argentino, en un partido emotivo para él por el fallecimiento de su abuelo, el que obraría la remontada a la media hora de juego. Leo recibió en el área de Luis Suárez y, tras complicarse, se fue de dos y la puso lejos del alcance del guardameta del Girona.
Los espacios y el marcador cada vez dificultaban más la valiente labor de un Girona que además se vería penalizado por una nueva genialidad de Messi. En una falta al borde de la frontal del área, el argentino buscó un golpeo por debajo de la barrera y Bono tuvo imposible evitar el 3-1.
Hora de Coutinho y Dembélé.
Reactivados Messi y Suárez, faltaba que se reengancharan unos hasta entonces discretos Coutinho y Dembélé. El primero le pondría el bandeja el 4-1 a Luis Suárez todavía antes del descanso tras un nuevo contragolpe en el que Messi hizo lo que quiso.
Ya después del paso por los vestuarios, el brasileño culminaría su gran partido con un golazo de auténtico genio. El ex del Liverpool se fue con una 'pisadita' mágica y la puso con rosca en el palo largo en un golpeo que hubiera firmado el mismísimo Ronaldinho en sus mejores tiempos en el Camp Nou.
Los últimos compases del choque vieron el lento pero constante crecimiento de Dembélé, que, después de rozar el gol en una gran acción individual, le regaló el 6-1 definitivo a Suárez con una precisa asistencia.
En pleno ambiente festivo, Jordi Alba forzó la amonestación para llegar limpio ante el Atlético de Madrid y Luis Suárez lo intentó sin conseguirlo de manera cómica y casi hasta esperpéntica. Al uruguayo le tocará descansar o tener mucho cuidado en Gran Canaria si quiere estar en la que ya se vende como la 'final de la Liga' del próximo domingo.
El Barça espera y esta jornada quienes tendrán toda la presión serán los del Cholo, que no pueden fallar en el Sánchez Pizjuán si quieren mantener la llama de esta Liga viva.