Sus orígenes futbolísticos se remontan al Hércules, el gran club -junto al Elche- de la provincia valenciana. Vistiendo sus colores llegó a despuntar, tanto que en 2011, tras una temporada en Primera División, el Barcelona se interesó por él con sólo 20 años.
El cuadro catalán se hizo con sus servicios en verano de ese año y le mantuvo durante dos años en el Barcelona B, donde aguardaba la oportunidad para dar el salto al primer equipo... un salto que no acabó llegando.
Llegó a ir convocado con el primer equipo incluso a un partido de Champions, pero no tuvo ninguna oportunidad en el primer equipo y acabó sin debutar. Sí las tuvo en el segundo escalón azulgrana (Barça B), donde llegó a disputar 62 partidos, dejando seis goles y dos asistencias en una etapa en la que solía jugar de extremo derecho.
En 2013 decidió dejar el Barcelona al recibir una oferta del club de su infancia, el Real Madrid, pero en la 'Casa Blanca', el calvario fue aún mayor, ya que tan sólo jugó cinco partidos en el Castilla durante toda la temporada.
El Madrid rescindió su contrato cuando ya había finalizado el mercado veraniego, por lo que no pudo si quiera ingresar a un nuevo equipo directamente y tuvo que estar más de tres meses sin jugar. Sólo veía el balón en la ciudad deportiva del Hércules, que le ofreció cobijo tras su mala experiencia en la capital.
"La etapa del Madrid fue peor, porque entrené duro para ir convocado y semana tras semana no me veía en la lista del Castilla. Entrenaba al máximo, veía que hacía cada vez más para jugar y no tenía recompensa. Hasta mis compañeros se extrañaban por ello", reveló hace cuatro años en una rueda de prensa celebrada en el Rico Pérez.
Tras el paso infructuoso por los segundos equipos de los dos gigantes españoles, probó suerte en el Alcorcón durante seis meses y en julio de 2015, el Alavés se hizo con sus servicios. En el 'Glorioso' dejó ver su mejor cara sobre el campo y sumó grandes actuaciones, tanto en la temporada de ascenso como en la posterior en Primera División. Su polivalencia se convirtió en su mayor aliado, ya que llegó a jugar de lateral (su posición principal), de interior derecho, de extremo diestro e incluso en una ocasión de delantero centro.
Los ecos de su resurrección llegó hasta Inglaterra. El Watford apostó con él durante el último verano y se lo llevó a la Premier. Ahí, Femenía ha vuelto a sonreír. Hasta el momento sólo se ha perdido tres partidos por decisión técnica. Una lesión que le privó de disputar 12 encuentros ha sido su única mancha. Cuando ha estado disponible lo ha jugado casi todo (22 partidos, un gol, 1.652 minutos). Y su polivalencia, nuevamente, es su comodín, ya que 12 de esos choques los ha disputado en el lateral y diez como interior.