El conjunto local no pudo sumar su tercera victoria consecutiva, resignándose a un reparto de puntos que bien estuvo justificado por la falta de profundidad y pegada que acabó adormeciendo a la parroquia congregada en el Rico Pérez.
Mientras los de Visnjic abusaban del balón en largo, el Lleida adelantaba la presión para dificultar la salida de balón de un Hércules que carecía de centrocampista capaz de darle criterio a la posesión alicantina.
Hasta los últimos minutos, el partido no ganó ritmo, alcanzando su punto álgido en un balón que José Fran estrelló en la madera en el 93', cuando toda la afición ya cantaba el gol de los tres puntos que nunca llegó.