Arrancó el Valencia con personalidad, queriendo llevar la manija de un encuentro en el que el Deportivo sufría para contener la calidad individual 'che' pero aprovechaba la falta de fluidez en su circulación para recomponerse.
Merced al paso de los minutos, los de Marcelino fueron acomodándose en su lentitud, restándole peligro a las acometidas de Guedes, Zaza y Rodrigo, prácticamente desaparecidos en los primeros compases del partido.
Mientras Bakkali galopaba por Mestalla echándose al Deportivo a la espalda, el Valencia trataba de desnudar a la defensa gallega sin profundidad, hasta que al delantero italiano le cayó un balón mal despejado por Fernando Navarro y fusiló a Koval.
Lejos de venirse abajo, los de Clarence Seedorf dieron un paso adelante tras el gol, firmando un monólogo hasta el descanso. Sin embargo, tras la reanudación, los locales aparcaron las especulaciones e incrementaron su intensidad.
Espoleado en su paso por el vestuario, Gonçalo Guedes recorrió el carril izquierdo para buscar a Dani Parejo en el balcón del área, donde el capitán sacó su fusil para, con un obús, acariciar el segundo tanto local.
Al susto del madrileño le sucedieron los largueros de Maksimovic y Zaza y un carrusel de cambios, donde Luciano Vietto aprovechó para reindicarse con un excelso taconazo para asistir al 2-0 en Mestalla.
Un balón llovido lo bajó el delantero argentino con suma elegancia y Guedes besó las mallas con la puntera, desatando la euforia en la parroquia local y la furia de un Deportivo que replicó rápidamente.
Adrián y Lucas Pérez exhibieron el talento que no demostraron durante la temporada, liderando a un equipo que se despidió de Primera División en un Mestalla que celebró su regreso a la Champions League.