La locura se contagió en Johannesburgo con la llegada del Barcelona, aunque tomó su punto álgido cuando Leo Messi apareció. Centenares de aficionados aclamaron al delantero.
Los gritos y las fotos no dejaron de sucederse en el aeropuerto y el crack argentino se paró a firmar autógrafos.
Entre esos aficionados estaba este joven, que no pudo aguantar las lágrimas y lloró desconsolado al conocer a Messi y tras haber conseguido que el azulgrana le firmase una camiseta del Barcelona. ¡No podía ni hablar de la emoción!