No ha sido fácil. El camino se ha empeñado en ponerle piedras, pero las ha ido apartando a patadas. Vivió un calvario de lesiones que le dejaron tocado psicológicamente y tuvo que aguantar un exilio masivo de estrellas que vino de la mano de una depresión deportiva en la entidad amarilla. Vivió la fuga de talentos y le plantó cara. Este domingo, Reus afronta ante el Eintracht su primer partido tras renovar hasta 2023.
Hace cinco años, el Borussia acarició la gloria en una final de Champions que se le escapó por segundos. De la mano de Klopp, el Signal Iduna Park vio caer al Real Madrid por un histórico 4-1 gracias a cuatro goles que Lewandowski nunca olvidará. Ese mismo día, el 24 de abril, parecía que renacía una institución histórica para volver a reinar Europa, pero el ave fénix se quedó en cenizas.
Por aquel entonces, viviendo el final de su segunda temporada en el club, Reus comenzó a ver cómo se marchaban los grandes referentes del equipo. El primero, y puede que más doloroso, fue el adiós de Lewandowski, que pasó a ser competencia directa en el Bayern. El mismo camino siguió Götze, que siguió compartiendo vestuario con Robert en Bavaria.
Hummels y Gündogan, un poco más tarde, también desertaron. Llegaron nuevas caras de la mano de la ilusión, pero se fueron antes o después. Aubameyang dio muchísimo al club hasta que decidió, de mala manera, poner rumbo a la Premier. Dembélé, una de las joyas que más ha brillado en el Signal Iduna Park, también se fue camino a Barcelona. Todos recibieron el amor de una de las mejores aficiones de Europa pero ninguno supo corresponderlo. Mientras tanto, Reus, desde la clínica de rehabilitación, veía cómo lo poco que quedaba del imperio prometido en 2013 se terminaba por convertir en ruinas.
Estuvo tentado. De hecho, de su boca salieron palabras que dejaban entrever su adiós, pero eso ocurrió cuando aún no se había vuelto a sentir futbolista. El pasado 10 de febrero, casi 8 meses después de su última lesión, reapareció en el Signal Iduna Park con el brazalete de capitán. 21 días después, ya había anotado tres goles.
Volver a sentirse futbolista le ha llevado a terminar de decidirse por algo que desde hace semanas vendría valorando: seguir en el club que le ha catapultado a la fama desde 2012 y que ha aguantado tres años de continuas lesiones con el objetivo de quedarse con el único hombre que le amó de verdad.