Las grandes historias siempre tienen su punto de suspense, de drama y un final apoteósico, a la altura de la gesta narrada. La del Inter esta noche no será menos.
De este partido, de vencer en el feudo de la Lazio, dependían sus opciones de jugar la próxima Champions. Las cuentas eran claras: ganar o ganar. Tres puntos separaban a Lazio e Inter, y a los de Spalletti sólo les valía la victoria, pues de ese modo superarían a su rival por el 'gol average' particular (empataron en la primera vuelta).
Pero el partido no pudo empezar peor para el Inter. Nueve minutos tardó la Lazio en dar el primer bofetón a su otrora temible rival. Un disparo de Marusic que impactó de lleno en la cara de Perisic se desvió y llevó la euforia a las gradas de este moderno coliseo romano.
La Lazio no sufrió en exceso. Es más, por momentos parecía que, pese a ser un flan en defensa, podría ampliar su ventaja. Hubo ocasiones para ambos, pero el peligro lo creaba la Lazio, no el Inter.
Porque los 'nerazzurri' parecían depender en exceso de Mauro Icardi, y su capitán hoy no estuvo especialmente inspirado. Sus primeras intervenciones fueron un remate al aire y un disparo demasiado cruzado en un mano a mano con Strakosha.
Por su parte, los 'biancocelesti' tenían en sus filas a un Milinkovic-Savic tocado por las musas hoy, quien pudo haber anotado el 2-0 a balón parado, pero la cruceta salvó al Inter.
El Inter decidió darle emoción al partido, igualándolo a la media hora, con cierta polémica, pues la Lazio reclamó falta del autor del gol, D'Ambrosio, sobre su guardameta.
El tanto dejaba al Inter a sólo uno de arrebatarle la cuarta plaza a su rival, pero lo que se encontró fue el 2-1. Porque la zaga interista hoy tampoco estaba del todo fina...
Con el Inter más centrado en atacar que en defender, era cuestión de tiempo que un contragolpe pusiera contra las cuerdas a los de Spalletti una vez más. Y esa jugada llegó al filo del descanso.
En el minuto 41 salió a la contra la Lazio. Lulic asistió a Felipe Anderson y éste cabalgó los últimos metros para posteriormente superar con un sutil toque cruzado a un Handanovic que se limitó a mirar cómo le superaba el balón.
El segundo tiempo siguió estos derroteros, con una Lazio encerrada y centrada en defender y salir a la contra, dejando la responsabilidad de mover el balón al Inter.
Y aunque de cuando en cuando los de Inzaghi avisaban a su rival, era el Inter el que dominaba el partido, algo que no parecía preocupar a la Lazio. Hasta que fue preocupante, claro.
En el minuto 71 el colegiado de la contienda, Rocchi, pitó penalti. Fue en un córner, un nuevo balón parado que demostró ser el talón de Aquiles de los laciales. Hubo de todo, como en todos los saques de esquina: agarrones, empujones y una mano.
Tras consultar el VAR, el gozo interista cayó en un pozo. Rocchi se desdijo, el partido continuó y a Inzaghi le entró el miedo.
Así, mientras el Inter hizo cambios ofensivos (Eder le dio equilibrio al ataque, y Karamoh aportó velocidad y desborde), la Lazio sentó a su goleador y metió más defensas.
Se encerró por completo la Lazio en su campo, en su área, y era cuestión de tiempo que cometiera un error fatal. Lo hizo De Vrij, derribando sin discusión a Mauro Icardi en el área de la Lazio. Un penalti que no necesitó de VAR para ser sancionado, y que el propio Icardi convirtió.
Un tanto que, además, dejaba a un gol la clasificación para la Champions, y dejaba también a Icardi a un gol del título de máximo goleador del curso, que en ese momento compartía con el ya suplente Immobile.
Eso ocurrió en el 78'. En el 79' Lulic vio la segunda amarilla por una segada innecesaria en el centro del campo. Y en el 81' se cayó la grada visitante.
Matías Vecino remató con un testarazo picado en el primer palo un córner, y las esperanzas de la Lazio se esfumaron. Tocaba remontar con uno menos y con un equipo que hizo los cambios para defender y no para atacar.
Inzaghi dio entrada a Nani, pero ya era tarde. El Inter controló los tiempos y no sufrió en los diez minutos de partido que le restaban. Incluso pudo haber sentenciado el partido en el añadido, pero definitivamente hoy no era el día de Icardi, pese a todo.
La Lazio nadó, pero se ahogó en la orilla. El Inter recuperó la cuarta plaza, que da acceso a la próxima Champions, después de perderla hace 9 jornadas. La Lazio se hundió en la recta final, y permitió que el Inter, con sangre, sudor y más de una lágrima, volviese a una Champions League que no disputaba desde la edición de 2011-12.