Gustavo Upegui era presidente del Envigado Fútbol Club cuando James Rodríguez se cruzó en su camino cuando éste tenía 12 años. En un partido en el Atanasio Girardot ante 5.000 espectadores, un pequeño 'mago' hizo las delicias del público tras un gran partido que selló con un gol olímpico y levantando para la Academia Tolimense el título del Ponyfútbol.
Upegui no era un cualquiera. Su poder, gracias a su relación con Pablo Escobar, hizo temblar incluso a jueces que posteriormente fueron condenados por ayudar con sus veredictos al narcotráfico. Se hizo con el control de Envigado y fue una figura importante dentro de la historia del club con el que llegó a la cima del fútbol colombiano.
Y fue él quien se enamoró de James Rodríguez. Upegui apostó por el joven centrocampista 'cafetero', pagando una buena cantidad y hasta un tratamiento de hormonas similar al de Leo Messi, que apuntaba grandes maneras y que el 21 de enero 2006 debutó con la camiseta de Envigado. Dos meses después de su primer partido, Upegui fue asesinado por un teniente que quería quedarse con el negocio tras perder la protección del omnipresente de Pablo Escobar.
"Lo conocí en los años 60, cuando mi familia se trasladó al barrio La Paz. En diagonal a mi residencia vivía la familia del señor Abel Escobar y doña Hermilda Gaviria. De esta familia era miembro Pablo. En esa época infantil compartíamos afición por el ciclismo y el fútbol. Mi familia se trasladó en 1971 y no volví a ver a Pablo hasta 1980, cuando participamos en actividades políticas y culturales,", expresó Upegui, en una entrevista a 'El Espectador', en 1998.
La relación del descubridor de James con Pablo Escobar era estrecha. Tanto como para que el narco ayudara al 'Patrón del mal' a escabullirse del estado policial impuesto en Colombia para acabar con Escobar, según informa 'Pasión Fútbol'.
Por su temprana muerte, Upegui no pudo ver todas las hazañas de ese joven jugador del que quedo maravillado y que ahora es la gran figura de Colombia.