A Boulaya le faltó suerte en su primera temporada en la Liga Española. Llegó al Girona el pasado verano decidido a dar un paso al frente en su carrera, pero las lesiones y la falta de adaptación lo dejaron anclado en el ostracismo.
Machín sólo lo alineó en una ocasión: en el partido de Copa ante el Levante en los dieciseisavos de final. Y eso que el jugador llegó a Montilivi avalado por su talento y sus buenas actuaciones en el Bastia, equipo en el que militó durante una temporada.
El contrato de Boulaya con el Girona se extiende hasta 2020, pero no acompañará al cuadro catalán en la segunda vuelta de la presente campaña. Por el contrario, se sumará al Metz, con el que ya cerró su cesión con opción de compra obligatoria hasta final de temporada.
La situación del cuadro galo es dramática y espera que Boulaya pueda aportar al equipo para salir de los puestos de descenso.
19 de enero de 2018