Eclipsado por sus continuos destellos con el balón, el 'lado oscuro' de Neymar ha ido pasando desapercibido hasta que la colección de detractores iguala o sobrepasa a la de aduladores.
Más allá de su capacidad para desbordar a sus rivales, el brasileño ha empezado a exhibir su talento para sacar de quicio al fútbol francés.
El último 'show', bailando con la bota en la cabeza para celebrar un gol, ha terminado de indignar a un país cuyo 'rechazo' ha quedado reflejado en una portada del prestigioso diario 'L'Equipe': 'Irritado e irritante'.
Aunque son muchas las voces que se han alzado para pedir protección al brasileño por las duras entradas que recibe, otras han criticado con vehemencia su arrogancia sobre el césped.
Bajo el paraguas de se su alegría con el balón, Neymar confunde, a veces, la virtuosidad con la provocación pública y en Francia ya le han tomado la matrícula.
A pesar de que el PSG se clasificó sin mayores problemas para las semifinales de la Copa, la actuación del '10' ha acaparado toda la atención.
El compendio de gestos y aspavientos a los árbitros para exigir mano dura con sus rivales, a los que dedica risas provocativas, han generado cierto hartazgo en torno a la figura del brasileño.
Asimismo, en Francia no olvidan su pulso en el vestuario con Cavani, que provocó una brecha entre los jugadores de una plantilla cargada de egos que aspira a gobernar Europa.