Tras un saque de falta que el portero del Hibernian no logra despejar bien, la pelota se quedó muerta en el área pequeña. Como un misil se fue a por ella Sinclair cuando buena parte de la afición de Celtic ya celebraba el gol.
Pero nada más lejos de la realidad, el esférico se estampó contra la madera y Sinclair se llevó las manos a la cabeza. No se podía creer la ocasión que había errado con todo a su favor. Se acordará de ella durante un buen tiempo.
30 de enero de 2018