El PSG vivirá los próximas días entre el temor y la expectación. El futbolista por el que rompieron el mercado, por el que se gastaron 220 millones de euros y con el que soñaron ganar la Champions les tiene en vilo. En un partido solventado ante el Olympique de Marsella, Neymar se lesionó.
Acostumbrados a verle simular, fue raro verle retorcerse de esa manera en una acción aislada. Algo estaba fallando y rápidamente saltaron las alarmas. Las caras empezaron a ofrecer síntomas de preocupación y se desató el miedo en la grada.
Neymar seguía retorciéndose, entre lágrimas, mientras el silencio se apoderaba del Parque de los Príncipes. Toda una historia de terror que no supieron calmar los médicos que atendieron al brasileño. El 'reflex' regó el campo, pero nada calmaba a Neymar. Aparte del dolor, algo en su interior le recordaba que restaban dos semanas para el duelo ante el Madrid.
El partido de la remontada, el que tendría a todos los focos apuntándole, el partido por el que le habían firmado. Y ahora podía perdérselo por un esguince de tobillo absurdo, en un partido sin historia y en los minutos de la basura.
En el PSG las sensaciones no eran diferentes. Las caras de Emery o del presidente evidenciaban preocupación. No poder contar con el futbolista por el que has pagado 220 millones de euros en el partido clave de la temporada es un drama difícil de superar. Los próximos días y el diagnóstico de la lesión marcarán el sentir del PSG y sus opciones de alcanzar los cuartos de final de la Champions.