Ronaldinho Gaúcho pasará a la historia por muchas cosas. Por sus regates, goles, exhibiciones y títulos que ha ganado allí por donde ha ido. Pero no sólo por lo que hizo en Europa, sino también por la huella que dejó en América.
En su paso por Querétaro de la Liga de México, Ronaldinho causó sensación como pocas veces se había visto antes en el campeonato mexicano. Otras grandes estrellas fueron allí a jugar o a disfrutar de los últimos días de su carrera, pero nadie fue tan grande como Ronaldinho.
Por ello, en 2015, en un partido de Liga entre Querétaro y el América, el gigantesco Estadio Azteca se lleno para ver a la figura brasileña. A falta de 10 minutos para que finalizara el partido, la propia afición local pidió al técnico rival que sacara a Ronaldinho. Estaban deseando disfrutar de su fútbol.
Y así fue. El brasileño entró y el Azteca lo recibió con una sonora ovación. A los pocos minutos Ronaldinho culminó una contra para hacer el 0-3 y todo el estadio, a pesar de que su equipo estaba encajando un gol en contra, celebró el gol del brasileño.
Ronaldinho dedicó un baile al Azteca como muestra de agradecimiento. Aunque la emoción le embargó al terminar el partido, cuando Ronaldinho ya se iba camino a vestuarios llorando tras tantas muestras de cariño. Todo ello justo 10 años después de ser ovacionado en el Bernabéu.