Argentina jugaba en Mánchester, y en Mánchester pasó un tiempo Willy Caballero. Al parecer, suficiente para dejar huella hasta en los más jóvenes.
Porque un chaval que se coló en el campo tras el pitido final no fue a buscar a Higuaín, Otamendi o Banega. No, fue directo a por Willy Caballero.
Le abrazó, y charlaron brevemente, en lo que llegaba la seguridad del estadio. Entonces Caballero se quitó los guantes, los de su debut con la 'Albiceleste' absoluta, y se los entregó al chaval, que abandonó el terreno de juego esoltado por los miembros de seguridad, pero más feliz que nadie.
23 de marzo de 2018