Era el minuto 53 del Espanyol-Barcelona cuando Paulinho dijo 'basta'. Algo le pasaba, y quedó confirmado cuando Valverde dio entrada, casi sin calentar, a Ivan Rakitic.
El brasileño se retiró con ritmo pausado, pero no porque estuviera perdiendo tiempo, sino porque no podía trotar. Estaba lesionado, como evidenció su cojera al abandonar el terreno de juego.
Ahora, el barcelonismo está en vilo. Preocupa, y mucho, que en el momento más importante de la temporada (empieza la segunda vuelta, se juegan los cuartos de Copa y los octavos de Champions están a la vuelta de la esquina), uno de los jugadores más en forma de la plantilla caiga lesionado.
El futbolista se quedó en el banquillo visitante de Cornellà, y se le vio ponerse hielo en un dedo del pie derecho.