El Milan se enfrenta al Inter este miércoles en los cuartos de final de la Coppa de Italia y lo hace en un clima enrarecido tras el pésimo momento de los 'rossoneros', que la han tomado con Giangluigi Donnarumma.
El joven portero y el peligroso triángulo que forma con Mino Raiola y la nueva directiva del Milan tienen a la hinchada de los de San Siro bastante quemada.
Donnarumma ya fue criticado y pitado hace escasas fechas y la afición del Milan centró su ira también en su hermano, fichado para ser suplente del joven arquero por imposición de Raiola en el último contrato de renovación.
Unas críticas que tienen desesperado a un Gianluigi Donnarumma que, por su juventud, no ha sabido encajarlas de la manera más adecuada. Y en el banquillo, Gattuso, la solución de urgencia, tira balones fuera y dice que él no es el problema, aunque es evidente que el Milan necesita savia nueva porque el proyecto se está hundiendo.
Enfrente esperará un Inter herido, que en un puñado de semanas ha perdido el invicto e incluso el tren por la Serie A y que, sin competición europea, tiene todas sus esperanzas puestas en la Liga y en esta Coppa, caramelo envenenado para despedir el año con sonrisas o lágrimas en la capital lombarda.