Neymar decidió poner rumbo a París el pasado verano provocando un terremoto en el planeta fútbol. El PSG pagó la cláusula íntegra del brasileño (222 millones de euros) en el que es todavía el traspaso más caro de la historia.
El Barça se lanzó al mercado en busca de una complicada misión: encontrarle sustituto. Con 222 millones en la cartera, los 'culés' tenían claro los dos objetivos con los que querían suplir la marcha del astro brasileño: Ousmane Dembélé y Philippe Coutinho.
Pero tras la explosión del mercado, los 'culés' solo se encontraron con piedras en el camino. Borussia Dortmund y Liverpool se cerraron en banda y, conscientes del dinero que había ingresado el club azulgrana, exigieron unas cantidades que en 'Can Barça' no estaba dispuestos a pagar. En un principio.
Meses después, Bartomeu ha terminado cerrando la incorporación de los dos jugadores después de abonar una importante suma de dinero. Entre la joven promesa francesa y el mediapunta brasileño los 'culés' han pagado 305 millones de euros, contando ya unas variables muy fáciles de que se terminen cumpliendo.
El primero en llegar fue Dembélé. El francés presionó al Dortmund para forzar su traspaso al Barça, y los catalanes terminaron pagando por su fichaje 105 millones fijos más 40 en variables. Y es que la dirección deportiva veía en la joven promesa francesa como uno de los jugadores que dominará el fútbol en un futuro.
El día de Reyes Magos, como si de un regalo se tratara, el Barça ha hecho oficial la llegada de Coutinho. Las cifras del fichaje se han quedado en 120 millones más otros 40 en variables. Un montante final de 160 'kilos' para convencer al Liverpool de que lo deje marchar.
El saldo total del cambio de Neymar por Coutinho y Dembélé es de 88 millones de euros en negativo para las arcas del club catalán. Cifras astronómicas para suplir a un Neymar que dejó huérfano el ataque azulgrana el pasado verano.