Esta temporada, el Barcelona se ha convertido en un equipo prácticamente inabordable. Uno de los termómetros para ello son los cinco encuentros en los que el conjunto azulgrana ha empezado perdiendo y se ha podido recuperar.
En dos de ellos terminó ganando, como ocurrió el domingo en Anoeta. La racha comenzó en Getafe, cuando Paulinho y Denis Suárez le dieron la vuelta al tanto inicial de Shibasaki.
En las otras tres ocasiones, el resultado final fue de igualada. Así ocurrió en Mestalla (1-1), el Wanda Metropolitano (1-1) y, más recientemente, contra el Celta en el Camp Nou (2-2).
La fortaleza mental de los azulgrana había quedado clara. Pero más aún frente a la Real Sociedad, porque hasta ese momento nunca se había visto con dos goles de desventaja en el marcador.