André Gomes volvió a presenciar un nuevo partido del Barcelona desde la grada. No es extraño, pues el futbolista internacional con Portugal apenas ha disputado 1.189 minutos esta temporada.
Unos números que quedan lejísimos de los 2.653 que le brindó Luis Enrique en su primera campaña en el Camp Nou y que tampoco encuentran comparación con su periplo en Mestalla, donde gozó de 3.046 y 2.770 minutos en partidos oficiales en sus dos años.
Si la 2016-17, con tres goles y dos asistencias, su producción ofensiva fue casi nula, en esta todo su caudal se reduce a una asistencia. Muy poco para un jugador que aspiraba a ser un hombre importante en el centro del campo azulgrana y que parece abocado a abandonar el Barcelona en verano.
La llegada del brasileño Arthur, aún no oficial, restará aún más opciones de jugar a un futbolista que desde el inicio de 2018 se ha acostumbrado demasiado a la grada. Ni su sincera entrevista, que pareció reconciliarle en un principio con el público del Camp Nou, ha sacado del ostracismo a un jugador totalmente devaluado y que tendrá que explotar al máximo el Mundial para volver a colocarse en el panorama.
Pese al interés de algunos clubes italianos o ingleses, da la sensación de que el Barcelona tendrá que hilar fino para poder deshacerse de un jugador que no cuenta con la confianza de Valverde y que no ha demostrado nada en dos años. Una cesión, en su caso, tampoco es descartable.