"Las decisiones ya fueron tomadas, la batalla ya se perdió, pero sigo pensando que el árbitro se equivocó con su decisión. ¿Desde cuándo no estar de acuerdo es faltar al respeto? Si quieren culparme a mí también pueden, tengo las espaldas bien anchas y un par bien puesto que me mantienen en pie siempre", espetó con vehemencia el brasileño.
Tras la ridícula expulsión de Alves por encararse con el árbitro, el Lyon aprovechó la superioridad numérica para tumbar al PSG con un latigazo de Depay.
A pesar de su experiencia, el brasileño protestó con rabia una falta que iba a ser sancionada con amarilla y acabó expulsado.