Un meritorio Leganés presenció en directo otra noche grande un Sevilla acostumbrado a ganar. Unos soñaron, otros ejecutaron. Nuevo capítulo de la edad dorada de un Sevilla que, salvando Madrid y Barcelona (y el lustro de Simeone), ha ganado más que nadie en España en los últimos 15 años.
Los no tan 'millennials' se acordarán de un Sevilla en Segunda, un Caparrós entrenando a chavales de la tierra y una venta de José Antonio Reyes al Arsenal necesaria para poder cuadrar cuentas porque el abismo acechaba. De aquello a cinco títulos de Europa League, varias finales de Copa del Rey, dos de ellas ganadas, participaciones en Champions... Del infierno a la gloria no hay tanto tiempo.
Los de Vincenzo Montella no firmaron un gran partido, pero contar con dinamita y marchamo de campeón bastó para superar al bravísimo Leganés. Los guerreros de Asier Garitano rompieron el techo en el Bernabéu. Conquistaron el Everest, pero no pudieron seguir con los ochomiles.
Aplausos, no obstante, a un club modélico y humilde que ya tiene su propia gesta. Lo que para uno son hazañas, para otros son días en la oficina. Al Sevilla, juegue bonito o feo, se le caen las finales del bolsillo.
Volcánico Muriel
A lomos de Muriel, el Sevilla empezó a enseñar los dientes y encajonar en su área al Leganés. 15 minutos tardó en derribar el muro 'pepinero': jugada por la derecha, zarandeo de los rivales y pase a Correa para que la embocara a placer.
El Zhar y Amrabat mostraban buenas intenciones desde las bandas, pero a Beauveu se le agotó el veneno. Esta vez no hubo salida en falso de Rico, y sí dos balones sacados bajo los palos de Tito.
Mazazo definitivo del 'Mudo'
Los de Montella jugaron con el tiempo y pusieron bocabajo el reloj de arena. Fue una actuación sin grandeza pero efectiva del Sevilla, que vio cómo el Leganés terminó el partido sin ocasión heroica, aunque sí con soldados derramando sangre, como un Mantovani magullado tras una pugna aérea.
El Sevilla dominó, el Leganés se protegió y corrió, pero en cuanto se desvistió un poco en busca del gol de la prórroga llegó el mazazo definitivo de Vázquez rozando el añadido. El Sevilla ya ha sacado billete para la final. El Leganés se lleva el orgullo y el elogio.