Un balón de Deco con el exterior, un pase en teoría inocente a un canterano recién entrado en el terreno de juego, dio comienzo a la leyenda que hoy es Lionel Messi. El argentino, que recibió un puñado de minutos de Frank Rijkaard ante el Albacete un día 1 de mayo de 2005, aprovecharía la oportunidad y combinaría con Ronaldinho para hacer el primer tanto de su carrera como profesional. Luego vendrían más, muchísimos más, pero la historia de amor de Messi con el fútbol español cumple años en este Día del Trabajador y Leo está de enhorabuena.
Aquella jugada fue una carta de presentación inmejorable del astro rosarino. Messi controló el balón de manera orientada con la cabeza y le ganó por fuerza e inteligencia a su par. Se la regaló a Ronaldinho y el mago brasileño hizo el resto, con un pase picado que dejó solo a Messi ante Valbuena.
El portero, ex de las categorías inferiores del Real Madrid, salió a taparle, pero se quedó a media salida. Y Messi no se lo perdonó. Cuando todos daban por hecho que el argentino iba a volear con violencia, un entonces casi adolescente Messi se sacó de la chistera la vaselina perfecta.
Sería el único tanto que Messi anotaría aquella 2004-05 en la que el Barcelona ganaría la Liga, pero Rijkaard comprendió la dimensión del joven que tenía entre manos y no le puso puertas al mar. El resto es historia viva de uno de los más grandes de siempre en este deporte.
1 de mayo de 2018