El Madrid buscaba no perder de vista al Barça al igual que el Atlético, pero los dos terminaron empatando, algo que no gustó a ninguno. Sin embargo, el conjunto blanco perdió otra cosa más por el camino.
En el minuto 36, Lucas Hernández le pegó una patada al rostro de Sergio Ramos, justo en el momento en el que iba a cabecear un balón, y el central del Madrid acabó con la nariz ensangrentada.
El capitán trató de continuar, pero fue sustituido en el descanso. En el vestuario, Ramos no se lo podía creer y la citada fuente señala lo que el central sevillano hizo en el vestuario al término de los primeros 45 minutos.
Y es que Ramos lloró de impotencia al no poder ayudar a su equipo a ganar el derbi madrileño. Después del ya conocido 0-0, el Madrid confirmó que el capitán sufre una fractura del hueso propio de la nariz y estará fuera entre una y dos semanas.