El guardameta catalán únicamente tiene 22 años, pero es que ha dado tantas vueltas ya que parece hacer demasiado tiempo desde que era ese prometedor cancerbero de La Masia. Allí residió siete años, soñando con ser un inquilino del Camp Nou. Pero otros compañeros se entrometieron en su camino y le echaron la persiana azulgrana.
No obstante, uno de los mayores cazatalentos de este país, el malogrado Manel Casanova, le echó el ojo para llevárselo al Atlético Malagueño hace cinco temporadas. La idea era que fuese dando pasitos adelante y competir en Primera por un puesto como blanquiazul. Y apuntó maneras, si bien volvió a encontrarse una fuerte competencia por delante, sobre todo con Kameni.
Por ello, se le buscó una cesión a El Palo. Con el conjunto malagueño encontró ese gran rendimiento que buscaba y fue el cerrozo del grupo IV durante gran parte del campeonato. No pasó desapercibido. Una de sus víctimas entonces, el Cádiz, le echó el lazo y allí desarrolló su segunda cesión consecutiva, aunque con menos suerte.
Tras ello, se desvinculó del Málaga y siguió su pregrinar. Primero en otro filial, el del Granada el año pasado. Se mudó a Murcia y ahora el Badajoz le ofrece el enésimo tren.
Pol Ballesté; “Tras ver jugar al @CDBadajoz en La Condomina me sorprende que esté tan abajo en la tabla. Hay muy buen grupo y estoy seguro de que entre todos lograremos el objetivo” pic.twitter.com/0KXU1dp880
— CD Badajoz (@CDBadajoz) 12 de enero de 2018