Un cargo de facto no está reconocido oficialmente, pero en la práctica desempeña sus labores correspondientes. Piqué es un jugador, ni siquiera es capitán, pero su papel trasciende al césped.
Piqué, a día de hoy, es el primer portavoz del club. Es su principal defensor, aquel al que no le importa generar o apagar incendios, futbolísticos o no. Piqué marca la agenda y el discurso.
Si el FC Barcelona se ve envuelto en una polémica, Piqué es tanto escudo como lancero. El futbolista no ha tenido pelos en la lengua a la hora de denunciar, a su juicio, injusticias arbitrales. Esto le ha costado más de un enfrentamiento con un compañero de profesión, sobre todo madridistas.
Su rol también es comercial. Fue Piqué quien puso en contacto a la directiva con los responsables de la compañía asiática Rakuten. Gracias al zaguero, el Barça encontró nuevamente patrocinador.
Piqué no es un jugador al uso. Tiene ideas, las manifiesta y las desarrolla. Cuando acaba sus vacaciones, dedica su tiempo a su empresa de videojuegos y cursar jornadas de emprendimiento y finanzas en Harvard.
Media hora después de confirmar en sus redes sociales que Neymar "se queda", ni el club ni el propio Neymar habían dicho nada. Es Piqué quien guía y ejecuta. El futuro presidente del FC Barcelona.