Y es que, en su dilatada carrera como entrenador (lleva 12 años dirigiendo banquillos), Ernesto Valverde tiene como cuenta pendiente las competiciones europeas. En total, el 'Txinguirri' ha disputado competición europea en un total de 9 temporadas y en ninguna de ellas pudo alcanzar la gloria... aunque sí la rozó.
Su periplo europeo comenzó al mando del Athletic de Bilbao en la 04-05. En aquel momento calló en la 'ronda intermedia' de la UEFA, lo que equivale a los dieciseisavos de Europa League, ante el Austria de Viena. Su siguiente participación, en el mismo torneo, fue al mando del Espanyol.
Esta vez, Valverde tuvo mucha más suerte, pues llegó a la final en la 06-07, dejando atrás a equipos como Benfica y Werder Bremen. En el último 'stage' no tuvo suerte y perdió en penaltis frente al Sevilla. Su tercera participación (08-09), al mando del Olympiacos, fue, también en Europa League. En aquella ocasión no pudo pasar de dieciseisavos (cayó ante el Saint-Etiènne).
El año siguiente, en el banquillo del Villarreal, no pudo pasar de fase de grupos de Europa League en una de sus peores actuaciones. En la 11-12, en el Olympiakos de nuevo, cayó en octavos de Europa League (frente al Metalist) tras haber quedado tercero en la fase de grupos de Champions en un complicado grupo en el que peleó contra Borussia Dortmund y Arsenal.
En la 12-13 sólo disputó tres partidos, haciéndolo desde el banquillo del Valencia. Cayó ante el PSG en octavos de Champions. En su siguiente temporada europea (14-15), ya en el Athletic de nuevo, cayó en dieciseisavos de final de la Europa League frente al Torino.
En su penúltima temporada en el Athletic se vio su mejor participación. Superó al Marsella en dieciseisavos de Europa League y luego hizo lo propio contra el Valencia en octavos. En cuartos cayeron frente al Sevilla en una tanda de penaltis fatídica vivida en Sevilla.
Su última participación dejó luces y sombras. En la fase de grupos de Europa League fue de menos a más. Finalmente, consiguió superarla, pero en dieciseisavos cayó frente al Apoel con un 3-4 de global. Sabor agridulce para un entrenador que ahora tiene la plantilla necesaria para dejar atrás este 'gafe' europeo.