Es muy complicado triunfar en España, especialmente si eres un fichaje extranjero. Prensa y afición te miran con lupa y, si tu rendimiento no es bueno, te vas rápidamente por la puerta de atrás.
Al guardameta Giedrius Arlauskis le vino grande la competición española desde el inicio. Debutó de golpe en el Bernabéu, en un Real Madrid-Espanyol, y se llevó un 6-0 a casa de los que escuecen.
El problema es que apenas 8 días más tarde, en un Espanyol-Real Sociedad, encajó dos nuevos tantos en el 0-5 que su equipo se llevó por parte del equipo vasco en Cornellà. Por suerte para él, unos problemas físicos hicieron que fuera sustituído al descanso y sólo encajó dos de los cinco tantos que recibió su equipo en casa.
Tras unas cuantas semanas sin jugar, regresó a la titularidad en la jornada 35 y... de nuevo, se llevó cuatro goles en el 4-0 de Las Palmas al Espanyol.
Un registro nefasto que le sacó de la Liga Española y le devolvió al Watford, desde donde ahora se va al CFR Cluj. Arlauskis se comprometió con los rumanos para las próximas tres temporadas. Que tenga suerte.