La razón podría ser bastante clara. Pese a que el astro sudamericano está feliz vistiendo la camiseta azulgrana, sus aspiraciones no son las de ser el 'ayudante' de Messi, de Suárez ni de nadie. Sabe que tiene potencial para ser el mejor del mundo y quiere aprovechar este factor.
El delantero es consciente de que, al compartir protagonismo con uno de los mejores jugadores de la historia y uno de los '9' del momento, está desaprovechando la oportunidad de salir a un club de alto nivel y desprenderse del lastre de no ser el máximo referente.
Y es que, desde su llegada a 'can Barça', el delantero brasileño ha firmado números por debajo de Luis Suárez y de Leo Messi. En total, 'Ney' ha disputado 186 partidos en los que ha anotado 105 goles (registro en el que le superan sus dos compañeros de la 'msn'). En cuanto a asistencias (59), también está por detrás de Leo, situación que se repite en el número de oportunidades creadas (419), ámbito en el que se encuentra sólo superado por la 'Pulga'.
Eclipsado parcialmente, Neymar atraviesa un gran dilema. Sabe que los títulos, sobre todo a nivel europeo, serían más fáciles de llegar en la Ciudad Condal, pero su reconocimiento individual aumentaría en la capital francesa, lo que provocaría que, de cara al Balón de Oro, tuviera mayor consideración por parte de los votantes.
Además, aunque esto no sería una prioridad para él, Neymar también estaría siendo tentado por el gran salario que le ofrece Al-Khelaifi. El jeque del PSG le ha puesto encima de la mesa un contrato de 30 millones netos al año que le convertiría en uno de los jugadores mejor pagados del mundo.