El Granada despide su aterradora temporada con otra caída más. Por fin se acabó la pesadilla para la afición del conjunto andaluz que no pudo darle una última alegría y se vio superado en todo momento por los pupilos de Quique Sánchez Flores.
Nada más arrancar el encuentro, un buen centro desde el costado izquierdo de Piatti acabó en el fondo de la red. Lombán no acertó en el despeje, Baptistao se encontró el cuero y sólo tuvo que empujarla para el 0-1.
Y unos minutos más tarde, el Espanyol se encontraba con el 0-2 sin quererlo, ni beberlo, ni cocinarlo. Un contragolpe del conjunto catalán finalizó con un centro al área que terminó con Vezo anotando el segundo en propia puerta. Diez minutos que resumían la temporada completa de Granada.
Desastre defensivo, mala suerte, nula capacidad de administrar los compases de los partidos y un olfato goleador que se perdió por Sierra Nevada. Ni la llegada de Tony Adams salvó a un equipo que tenía el descenso como meta final.
Amarga despedida
El Granada intentó reaccionar por medio de Andreas Pereira, el mejor hombre local, y quien se marchará el próximo mes de junio. El futbolista belga la pegó desde la frontal y con la ayuda de Diego López, terminó haciendo el 1-2 definitivo.
Los de Quique Sánchez Flores entregaron el esférico a Jurado para que maniatase al equipo nazarí en su propio campo, con algunos destellos en la segunda mitad, pero con más impetu o ganas de resacirse que la verdad absoluta: el infierno los espera.
El Espanyol le puso la puntilla final. El cuadro andaluz se despide de Primera con su peor versión y la única que mostró en la mayoría de sus encuentros. Ahora es tiempo de la directiva, tratar de rehacer el equipo para intentar lograr el ascenso una campaña después. Los milagros existen.