El encuentro comenzó, sin embargo, con un Villarreal enchufado. El 'Submarino Amarillo' imponía su supuesta superioridad con una altísima presión que asfixiaba la salida de balón de un tímido Málaga.
Poco a poco los malacitanos se fueron sacudiendo esa presión. Sin ocasiones en ninguna de las dos porterías, el tiempo se congelaba cada vez que Samu Castillejo se hacía con el esférico.
El malagueño se gustaba contra sus ex y rompía la monotonía del partido con sus detalles. Lo intentó varias veces desde lejos, pero con escaso éxito. Y así, sin acciones de peligro, el choque llegó al intermedio.
Juankar cambió el partido.
Tras el descanso, ambos equipos nos premiaron con algo más de intensidad. El Málaga dio un paso adelante por medio de un Juankar hiperactivo. Gracias a él llegó la primera gran ocasión, pero Bastón fue incapaz de definir un gol que parecía cantado dentro del área pequeña.
Pocos minutos después, el propio Juankar provocó una pena máxima tras entrar como un puñal en la defensa por la izquierda de 'Submarino Amarillo'. Pero el Málaga estaba negado y Adrián falló desde los once metros con un disparo ajustado pero sin mucha potencia.
También la tuvo el Villarreal. Otra vez Samu Castillejo protagonizó una contra que no acabó en gol por la falta de puntería de Bakambu, cuando muchos ya se veían cantado el gol.
Sobre la bocina.
Cuando ya se vislumbraba la tanda de penaltis, llegó Mula para poner en la banada derecha un centro perfecto a la cabeza de Adrián. Solo en el corazón del área, Adrián remató al fondo de las mallas un tanto que supone mucho más que una simple victoria de pretemporada.
Y es que el Málaga logró así su primera victoria tras perder los siete encuentros disputados hasta la fecha. Un triunfo para meterse en la final del Carranza e intentar levantar el trofeo por segundo año consecutivo.