El Barcelona conoció que Neymar se marchaba al PSG de una forma un tanto traumática, pero antes de cerrarse el traspaso, el club catalán tuvo cierto margen de maniobra. Hasta ahí, todo en orden.
Kylian Mbappé era el gran deseado por media Europa en esos momentos, y el Barcelona podría haberse hecho con sus servicios pagando al Mónaco 120 millones de euros, más treinta en variables. Es decir, por unos 150 'kilos', una cifra menor que las que manejaba, por ejemplo, el Madrid.
El futbolista y su padre querían recibir una oferta del Barcelona. Jugar junto a Messi, dijo Minguella, era preferible a volver a París, o a fichar por un Madrid con la inamovible 'bbc'.
El Barcelona lo tenía todo de cara. Sólo tenía que dar un paso al frente. Un paso que no dio. Por alguna razón, el club azulgrana dejó pasar la posbilidad y se la puso en bandeja al PSG.
El Barça apostó por otro joven francés, Ousmane Dembélé, por el que pagó otra desorbitada millonada. El resto, es historia.