La estabilización de la Unión Europea ha cambiado el mundo del fútbol en los últimos años. Hoy parece mentira que algo así pueda suceder, pero un día los equipos tenían que tener bastante cuidado para no alinear más extranjeros de los permitidos a la vez en Primera División.
Le sucedió al Barcelona en la 1993-94. Los azulgranas contaban con Romario, Stoichkov, Koeman y Laudrup y uno de ellos tenía que ver el partido desde el banquillo o la grada, pues sólo podían jugar tres a la vez. Precisamente esta situación fue la que llevó a Laudrup -quien era habitualmente el descartado- a abandonar el Barcelona por el eterno rival.
Y fue al Real Madrid al que le tocó luchar con la justicia ordinaria después de que un error de Jorge Valdano sumiera en el caos el Real Madrid-Compostela del 23 de octubre de 1994. Redondo, Laudrup y Zamorano ya estaban en el terreno de juego y el técnico argentino, nuevo en Chamartín, decidió dar minutos al eslovaco Peter Dubovsky. Por desgracia, Valdano se equivocó y no retiró a un extranjero, sino a Luis Enrique, concurriendo entonces en alineación indebida.
Aunque lo retiró apenas un minuto después, el Comité sancionó en un principio a Valdano con un mes por el error, pero Apelación acabó perdonando al argentino y dejando sin sanción a un Madrid que empató aquel partido 1-1 ante los recién ascendidos. Una sanción que sí que afectaría más adelante al Valladolid o al Getafe, que vieron cómo el Comité Español de Disciplina les arrebataría una victoria que obtuvieron en el campo ante Betis y Compostela por alineación indebida.