El fútbol no perdona, la tabla no olvida, pero el Málaga se sacudió por un día la plaga que amenaza con calarle los huesos. Al Deportivo se le escurrió de los dedos el equipo de Míchel. Como el púgil que está a punto de besar la lona y saca un directo que le permite acabar el sufrimiento con una victoria por KO. Así resultó el gol de Bastón.
El Málaga ganó al Deportivo con merecimiento. Simplemente porque lo buscó un poco más. Nadie hiló fútbol brillante, el juego desplegado por uno y otro no será carne de videoteca y los errores pesaron. En el caos emergieron el orgullo y el empuje. Bastón manufacturó la reacción en forma de diana salvadora.
Rodó el balón y el Málaga quiso proponer. Le costó horrores porque le faltan jugadores, porque su forma física es la mejor y aún se desconoce si hay plan en el libreto de Míchel. Al Deportivo le bastaba con apostarse en los dominios de Rubén.
El balón parado, el recurso de los pobres, sirvió al bloque costasoleño para golpear primero. Chory la puso y el balón le llegó a un Rosales que no erró en el área y de tiro cruzado. La Rosaleda, contenida por la emoción de recordar a Chiquito, se descamisó con el 1-0.
Pero el Deportivo aprovechó bien que el malagueño es un equipo con grietas y excesivas imperfecciones. Lucas Pérez se asomó al área chica. Ni Baysse ni Luis Hernández estorbaron siquiera su remate de cabeza.
Hasta el descanso, alguna carrera de Rolan, alguna pisadita sin velocidad de Peñaranda y un par de disparos lejanos que no se marcharon por demasiado. De esta forma se puede resumir el balance de una primera mitad en la que el Deportivo generaba terror en el área local con cada acercamiento.
Con Schar en plan líbero, el Deportivo se desperezó tras el descanso y se desperdigó en campo contrario. El Málaga, ante la insurgencia del rival, reculó, se puso nervioso y empezaron a temblar las piernas. El suizo no desaprovechó el regalo de Roberto y sus compañeros.
A Míchel se le encendió la luz y Juanpi, Ontiveros y Bastón entraron en acción. Los tres ganaron el partido junto con Chory. El uruguayo resolvió un barullo tras una jugada por la derecha de Ontiveros y el Málaga tocó arrebato. No había nada que perder. Era el 63'.
El conjunto hoy blanquiazul apostó por el triunfo y salió cara. Juanpi detectó el desmarque de Bastón y éste empaquetó el sufrido triunfo con una picadita que sorprendió a Rubén. Fue a seis del final, pero el marcador no se movió más.
El Málaga sigue en puestos de descenso con siete puntos y se pone a cuatro del Deportivo, que suma once. Los dos equipos deben aún remar mucho en busca de la salvación. El golpe de remo en esta ocasión lo pegaron los de Míchel.