Cristiano, Benzema, Bale, Sergio Ramos, Marcelo, Modric, Kroos... incluso Isco estaba empezando a aparecer en las promociones del Real Madrid. Los blancos, acostumbrados a pagar por las grandes estrellas, se han encontrado con un 'galáctico´ en casa. Y a precio de ganga.
Hace apenas un año, el Real Madrid presentaba a un joven prometedor que había empezado a despuntar en el Mallorca. El Barcelona no había apostado todo lo fuerte que se esperaba por él y Florentino no se lo pensó dos veces. Los Nadal avalaban su fichaje y la cantidad era irrisoria para un translatlántico como el Madrid que estaba empezando a invertir en jóvenes promesas como nueva política de fichajes.
A un año vista, puede estar entre las tres operaciones más importantes de la historia del conjunto blanco tras los movimientos de Di Stéfano y Cristiano Ronaldo. Lo del balear se ha quedado sin calificativos. Su proyección es meteórica y sus virtudes anulan cualquier atisbo de defectos.
Ha sentado a Bale, el llamado a heredar los galones de Cristiano, y ha metido en brete a Zidane, al que le faltan argumentos para tener a este joven zurdo de 21 años en el banquillo.
Es su descaro, su talento, su golpeo de balón, el hambre que destila sobre el terreno de juego, su gol... Juega, se asocia, marca... No es que haya nacido una estrella, es que ha nacido un 'galáctico'. El primero que puede presumir de haber parido Florentino, tras comprar a todos los anteriores.
No sólo es el ojito derecho del presidente, se ha metido a la afición del Bernabéu en el bolsillo. La ovación que recibió tras ser sustituido está al alcance de muy pocos.
Pese a todo, Asensio sigue sin salir en las fotos, en las promociones y en los reclamos publicitarios. No tardará en cambiar esa historia. Pero su caso es fiel reflejo del mayor tesoro que tiene este Madrid: el potencial que hay detrás de todas sus 'caras bonitas'.